Hoy escribo desde Nápoles. Aquí empieza una nueva etapa de esta guerrera, una ciudad nueva, un nuevo trabajo, una nueva casa, nueva gente... pero la misma Iso de siempre.
El martes a las 12:40 esta maña llegó al aeropuerto de Capodiccino, el aeropuerto civil de Nápoles. A primera vista, la ciudad es sucia, caótica, intentan estafarte en todo lo que pueden... pero no es sólo a primera vista, llevo aquí casi 1 semana, y esto sigue siendo igual.
Mi primera parada fue el piso que había elegido por internet. Llegué al piso. Vale, por emails, ya sabia como era, pero no hasta el extremo. No había ni una sala de estar, sólo las habitaciones con las camas, una cocina que se caía a trozos en la que faltaban hasta las sartenes, ¿y que os voy a contar del único baño? la ducha sería de medio metro cuadrado, el retrete tenía vida propia seguro, lo digo por lo negro que estaba el fondo, daba la sensación de que algo iba a salir de ahí, a cogerte y meterte a las alcantarillas de los suburbios napolitanos.
Me cogí tal llorera que a las 3 estaba yendo para el cuartel, andando, sólo pensando en pedir la baja psicológica, volverme a casa con mi gente, salir de aqui cuanto antes, abandonarlo todo.
Llegué a la base, conocí a uno de mis jefes, que por cierto es la dulzura y la simpatía personificada, y estuvo calmándome, haciéndome respirar e intentando que viera las cosas con más tranquilidad. Volví a entrar en la página donde había encontrado el piso y ví un par de ellos que me encantaron. Escribí con pocas esperanzas, la verdad, y me fuí a casa, eso sí, despues de esperar 1 hora de reloj a que el jodido autobús llegase.
El clima aquí es muy parecido a Valencia o Barcelona, mucha humedad y un calor sofocante que en los peores días hace que te cueste hasta respirar.
Total, que llegué al piso y ni siquiera cené, no tenía ánimos ni para comer. Pensar en que tenía que estar aquí 3 años de mi vida, viviendo en esas condiciones que a mi parecer eran infrahumanas... era demasiado para mí.
Conseguí dormir a duras penas, entre las lágrimas de desesperación, resignación, el recuerdo de los mios...
A las 8 de la mañana del miércoles 16, me levanté, me pegué una ducha y me fui otra vez para el cuartel.
Miré el correo y ¡Bingo!, tenía un correo de Imma, una profesora en la escuela internacional de mi cuartel, la llamé, vino a buscarme, vine a ver la casa y acto seguido, me fui a buscar al de la mudanza, cogí las 4 cosillas que tenía en el piso y me vine aquí y aquí estoy desde entonces.
La casa está en la periferia de Nápoles, es una casita preciosa, de madera, superbonita. Mi habitación es una buhardilla, toda de madera, con una terraza enorme.
Pero lo mejor de la casa no es la casa, lo mejor es Imma. Es un angelico conmigo, me trata como una hermana mayor, me mima, me cuida... cuando me ve triste, me da un abrazo, intenta consolarme. De verdad que he tenido una suerte enorme encontrándola.
Estos días he ido conociendo algo más de mi trabajo, más gente... pero esto sigue siendo difícil. Me he tenido que comprar un coche, porque aqui las comunicaciones con el transporte público, son sencillamente inexistentes. Así que entre el seguro, el coche, los 2 meses de alquiler de la casa... me parece a mi que no voy a poder salir de casa hasta que no haga algo de sangre, pero bueno... con calma, tengo mucho tiempo por delante para conocer esto.
Y ahora, poniendome un poco sentimental... os diré que os echo mucho en falta, a mi familia, a mis amigos, a mis gatitos...
Esto es complicado sin vosotros.
Cada mensaje que me mandais, cada mail que me llega, cada conversación con vosotros, me da un gran soplo de aire fresco, un montón de fuerza...
Como le he dicho a Pedro esta tarde, sabía lo que os quería, pero estando tan lejos, aún lo comprendo mejor, os necesito mucho, soy quien soy gracias a vosotros, a vuestra fuerza, a vuestro cariño.
Hoy desde Nápoles, os puedo decir que estoy bien, que a ratitos me pongo melancólica, me echo unas lagrimicas, y otra vez para adelante, no os enfadeis, no soy de piedra... y me viene muy bien llorar, en serio.
Bueno, ya os iré contando más cositas, que el martes creo que me dan ya mi internet móvil, y ya no se lo tendré que pedir prestado a Imma, así os podré ver y me podreis ver a mi.
Que os quiero, que os echo de menos, pero que sepais que cada noche miro la luna, que es la misma que veis vosotros. Si la mirais alguna noche, acordaros de que yo la estaré mirando y que a través de ella, os estaré mandando mis besos más grandes y mis abrazos más cálidos, y que a través de ella, recibiré los vuestros.
Os quiero, sed buenos, y un millón de besos de esta mañica en la bella Italia.
Pero os digo, que como en España, en ningún sitio!!!!!!
domingo, 20 de julio de 2008
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1 comentario:
Hola Iso! Me alegro que ahora si que te encuentres a gusto. Esa primera experencia,es para anotarla en tu diario particular,como mera anecdota. Espero que a partir de ahora, te se vayan enderezando las cosas. Y tambien me alegro de ese angel que te ha aparecido y que te esta ayundando en los comienzos que siempre son duros. Darte muchos animos y tira pa lante.
Bando
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